El escritor de “Electrónica” dialogó con LaNoticiaWeb Ciudad tras lo ocurrido en la Time Warp.
Por Natalia Medina
El escritor de la novela ’Electrónica’ dialogó con LaNoticiaWeb Ciudad sobre la tragedia en la fiesta Time Warp, opinó sobre la legalización de los estupefacientes y denunció la falta de controles en este tipo de eventos.
¿Cómo te enteraste de lo sucedido en la Time Warp y cuál fue tu reacción?
Me desperté a la mañana de ese sábado, prendí la televisión y vi que había cinco muertos en la Time Warp. El día anterior justo con un amigo habíamos visto los afiches de la fiesta, los DJs que tocaban. A los dos nos gusta mucho la electrónica y comentábamos que no íbamos a ir porque estábamos cansados de esos festivales multitudinarios donde maltratan al cliente de ese modo, no hay agua, hay demasiada gente, hace mucho calor, cortan el agua en los baños. Es una una lástima que nos tengamos que perder a un montón de DJs que nos gustan porque el servicio que te ofrecen es pésimo. Teniendo en cuenta este contexto, era previsible que pasen cosas como estas porque hace años que se vienen haciendo las fiestas electrónicas de esta manera: de descontrol absoluto, de ausencia y complicidad del Estado, de organizadores inescrupulosos y ambiciosos al extremo que lucran con la salud de la gente sabiendo que vos dependes del agua para ir a una fiesta así.
¿Cuáles crees que son las características positivas que describen el “ritual” de las fiestas de electrónica?
Que miles de personas se junten a bailar al son de un ritmo repetitivo me parece que es positivo porque recupera una tradición ancestral de la humanidad. Los pueblos originarios hacían eso, las viejas culturas. Se juntaban alrededor del fuego, golpeaban los tambores y bailaban durante horas hasta que entraban en un estado de trance que comunicaba a cada individuo consigo mismo con su interior, a cada uno en relación con el otro y a esa comunidad en una especie de vínculo con algo más grande que podemos llamarlo Dios. no en un sentido judío-cristiano sino en un sentido con el universo, algo más grande que la suma de nuestras individualidades. Lo más interesante que tiene la electrónica es que lleva aparejada la convivencia pacífica, la aceptación absoluta con lo diferente. Habla de la libertad, la pluralidad y hasta la solidaridad. Es una movida donde no suele haber violencia. Jamás vi una pelea en una fiesta de electrónica, no así en un boliche donde pasan otra música y se toma alcohol. Es una cultura que gira en torno a la idea del amor y de derribar los límites de tu conciencia y de tu cuerpo. No es casualidad que esta movida surja en España después del franquismo, en Inglaterra desde de Margaret Thatcher y en Argentina después de los ’90, después de la crisis del 2001.
Me parece que esta movida tiene que ver con los tiempos en los que vivimos, tanto en lo positivo como en lo negativo. Tiempos en los cuales estamos absolutamente metidos en el consumo de experiencias o de sustancias y en la necesidad de evadirnos por unas horas de la realidad que nos abruma . Al mismo tiempo, habla de una serie de valores y reivindicaciones que son muy de la época por ejemplo la igualdad de género o pluralidad sexual.
¿Qué opinión te merece que los menores de edad asistan a este tipo de fiestas que a su vez no pudieron manejar la situación?
De todas maneras eso no es culpa de los chicos ni de los grandes porque es muy fácil: el chico le miente al padre y se escapa. Esto lo hicimos todos. El problema ahí es que no había controles, dónde estaba Prefectura, dónde estaban los organizadores o los medios de comunicación. Lo que pasa es que todos estuvieron mirando para otro lado. Todos nos la pasamos hablando del paco, de la droga de los pobres y del peligro de la marginalidad pero miramos para otro lado con el consumo de ansiolíticos por parte de la población adulta o con el consumo de estas drogas recreacionales que son muy de clase media, clase media alta. Como se trata de chicos ricos, no se dice nada. En los medios no se dice nada y ahora los padres se vienen a enterar que todo esto pasa ahora. Pasa hace veinte años. Ojalá esos padres hubieran sabido de qué se trataban las fiestas de música electrónica para que cuando sus hijos les dijeran que iban, pudieran aconsejarlos de la mejor manera. Somos víctimas de la complicidad de los medios con estas mafias organizadas.
¿La droga de diseño está relacionada directamente con la música electrónica?
Sí, pero no me parece que tenga un valor negativo. Simplemente es y hay que aceptarlo de esa manera para tratar de reducir los riesgos. Ayudaría que las drogas sean legales para que el Estado las pueda controlar. Si no se puede, cada usuario podría pagar un impuesto y que esa plata vaya a programas de prevención. Si no se puede hacer todo esto se debería brindar información donde se expliquen los efectos de cada una de las drogas. Las organizaciones que existen y luchan contra esta problemática están muy solos. Después de la muerte de estos cinco chicos parece que se avanzó un poco. Celebro que haya sido así. Lástima que haya tenido que pasar algo así para que se involucren. A la larga vuelve a pasar. Con Cromagñon creíamos que se había resuelto algo. Esto es lo mismo: la corrupción, la falta de control, los empresarios inescrupulosos. Es lo mismo con otra música.
La semana pasada se intentó prohibir toda actividad nocturna, ¿crees que es una solución?
No, es una payasada. La mayoría de los boliches están habilitados ¿Qué van a hacer los chicos que no van a bailar a un boliche? Van a hacer las fiestas en sus casas en un lugar que no va a estar inaugurado por nadie, donde no va a haber un matafuegos. Lo único que se está haciendo es empeorando el problema. Es como apagar un incendio con nafta. Es descabellada la medida. No tiene ningún sentido. De esta manera, aumenta la posibilidad de que haya una catástrofe mayor. No sólo por el consumo de drogas sino por las fiestas que se hacen en cualquier lugar.