Cómo funcionan el visor Oculus Rift y los Google Glass.
De la realidad aumentada a la realidad virtual, las tecnologías que cambian la percepción de lo que nos rodea y las formas de interactuar con otras personas ya no son experimentos futuristas de los años 70 u 80, sino herramientas de creciente uso cotidiano en cada vez más actividades, como la medicina, la educación, la publicidad y el entretenimiento.
Dispositivos como el visor Oculus Rift (permite una inmersión total en realidades virtuales) o los anteojos Google Glass (aumentan con información el entorno inmediato) son algunos de los instrumentos más conocidos. Pero detrás aparecen otros, como BrainWave (estimulación de ondas cerebrales).
Con el software adecuado, que además es cada vez más eficiente, experiencias como subir a una montaña rusa, estar en la primera fila en un recital o viajar a las estrellas, todo eso sin moverse de la silla, serán accesibles para muchas personas dentro de pocos meses.
De viaje en Pekín o Moscú, por ejemplo, traducir al español los nombres de las calles ya es posible sólo con apuntar la cámara del celular al cartel indicador correspondiente, tal como lo permite la aplicación World Lens, adquirida por Google el mes pasado.
El fenómeno es bien tangible en la Argentina, donde esta semana se inauguró el primer laboratorio universitario de realidad aumentada en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y donde se vienen consolidando thinks tanks de jóvenes emprendedores que difunden estas técnicas, como la organización sin fines de lucro Darwin Research, que se hizo conocida recientemente por fabricar con una impresora 3D la prótesis de una mano para un chico.
Los Google Glass que parecían algo fuera de alcance hace un par de años, se ofrecen ahora en Mercadolibre.com a precios que oscilan entre 10.000 y 40.000 pesos; es decir, lo que cuesta un televisor de gama alta. El visor Oculus Rift saldría a la venta a 300 dólares el año próximo y con ese precio claramente tiene aspiraciones de masividad. De hecho, esa tecnología cobró notoriedad apenas salida del laboratorio cuando, en marzo pasado, fue adquirida por Facebook en US$ 2000 millones.
La realidad virtual y la realidad aumentada combinadas con otras tecnologías del nuevo siglo, como la impresión 3D, los sensores de movimiento (como Kinect, de Microsoft), el reconocimiento de voz (del estilo Siri, de Apple ) o los drones (aparatos voladores no tripulados), pueden marear.
Para Joan Cwaik, uno de los cinco integrantes de Darwin Research, lo que viene ahora es precisamente esa combinación, que permitirá un mayor impacto perceptivo. “Por ejemplo, los drones combinados con Oculus y ciertos accesorios van a permitirnos sentir que estamos prácticamente volando”, afirmó.
Según especialistas, estas tecnologías no sólo buscan aumentar las capacidades de un ser humano y facilitar su vida, sino también cambiar paradigmas, como lo hicieron otros avances tecnológicos en el pasado. “La realidad virtual fue uno de los sueños de la ciencia ficción. Pero de la misma manera también lo fueron Internet, las computadoras y los teléfonos móviles”, dijo Mark Zuckerberg, en el comunicado difundido cuando su empresa compró Oculus Rift.
Por supuesto, estos dispositivos aún no llegaron al consumo masivo. Sin embargo, los usuarios de smartphones sí ya pueden aprovechar las apps de realidad virtual o aumentada que brindan una percepción diferente y hasta la creación de las imágenes y objetos 3D.
Fuente: La Nación