Sociedad

Piden la inhibición de la empresa de Cristobal López que controla los tragamonedas

Rechaza pagar impuestos por las tragamonedas y el casino. Contó con protección de jueces y camaristas.

Está cada vez más cerca el día en que desaparecerá el único semáforo con giro a la izquierda sobre la avenida del Libertador.

Es el que no lleva a ninguna calle sino a la mayor concentración de tragamonedas del país. Una concesión que vence recién en 2032 y que en realidad fue un regalo de Kirchner a Cristóbal López que también fue un regalo a él mismo.

Un negocio que nadie audita aún ni sabe cuánto factura: lo más parecido a una fábrica de plata negra. Un paraíso fiscal de la Ciudad. El semáforo es una metáfora de la pelea del macrismo con el zar del juego y su socio Federico de Achával.

López tiene su propio semáforo y su propia y enorme playa de estacionamiento otorgados por el intendente Aníbal Ibarra a pedido o habría que decir por orden de Kirchner. Y ha tenido y quizás todavía tenga fueros especiales en la corporación judicial que se ocupó de cuidarle las espaldas y preservar su negocio.

Esta historia judicial es parte esencial de la historia del kirchnerismo y no se pueden entender por separado. Kirchner le dio a López un blindaje de jueces y camaristas para blindar la caja del juego. Ese blindaje está desplegado en miles de folios y más de diez amparos, con fallos en todas las instancias y hasta sentencias de la Corte Suprema.

Las cosas han cambiado. López supo tejer amistades en todos los bandos políticos y tener interlocutores muy cercanos en el macrismo. Hoy sólo tienen teléfonos que no responden sus llamadas.

La última movida del equipo jurídico de la Ciudad que conduce Fabián Rodríguez Simón fue el viernes pasado: le pidió al juez Martín Converset la inhibición general de bienes de la UTE (Unión Transitoria de Empresas) que controla los tragamonedas de Palermo y que rechaza ser controlada por el Gobierno porteño.