El asesor en materia económica de Sergio Massa, dialogó con La Noticia Web Ciudad y dio su mirada respecto de la actual macroeconomía. Criticas al oficialismo y al PRO.
También en temas económicos parecería que hay dos Argentinas; dos miradas opuestas. ¿Cómo ve esas dos Argentinas Ricardo Delgado?
Es una economía con claroscuros. Una sociedad que ha logrado avances en materia de derechos sociales, AUH, el manejo de lo fondos de la seguridad social, tener mayoría en YPF. Pero también, hay cuestiones que tiene que ver con el no reconocimiento por parte del Gobierno de temas como la inflación, que hoy dificultan la evolución de la macroeconomía y que generan dudas, por eso estamos viendo algunos movimientos en el dólar, que pueden continuar de acá a las elecciones de Octubre.
¿Cree que el Gobierno utiliza el tipo de cambio como ancla inflacionaria?
Claramente. El Gobierno hace lo que han hecho todos los gobiernos que no resuelven los problemas de fondo que es usar el dólar como ancla. Esto no es bueno porque le genera problemas en las economías regionales. Tienen problemas de rentabilidad, sin posibilidad de inversión y sin capacidad de poder generar trabajo. Por eso, la agenda que viene es una agenda cargada y compleja con un equipo técnico que tiene que estar probado en combate.
¿En cuánto afecta a la inflación el esquema de expansión monetaria que lleva adelante el Gobierno, en el contexto de un año electoral?
El Banco Central tiene que estar dentro de una lógica de economía sana y estable, no como hoy que es un apéndice del Tesoro. Incluso el BCRA no tiene ningún tipo de independencia de criterio acerca de cuál es su política de cara a defender el valor de la moneda y la actividad económica. No soy de los cree que el BCRA solo está para atacar la inflación, pero este Banco está para obedecer los designios del ministro de economía de turno, y eso no es bueno en términos de dar señales.
Desde el Frente Renovador, hablan de la “ancha avenida del medio”. En el FPV se ve un esquema más heterodoxo; en el PRO algo más cercano al liberalismo. ¿Cómo es construir ese camino del medio sin caer en los extremos?
Tenemos un filosofía de que las sociedades evolucionan. Una sociedad como la argentina, después de 30 años de democracia no puede refundar con un nuevo gobierno todo, como se ha hecho en tantas otras oportunidades. Como decíamos antes, hay cosas que se han hecho bien, pero también hay muchos argentinos que quieren un cambio en la perspectiva de futuro. Lo que se ha perdido en la Argentina, es poder pensar a largo plazo. Para eso tenemos que tener una economía sana, que ataque la inflación gradual, que la reduzca sin shocks, ni ajustes, sin devaluación. No se puede permitir no atacar la falta de inversión, porque sin inversión, no hay trabajo. Lo que se llama la “ancha avenida del medio”, que curiosamente tanto el kirchnerismo como el macrismo, han encontrado que allí hay una enorme cantidad de gente independiente y empiezan a cambiar su discurso.
Los economistas siempre hablan de “confianza”. Eso es algo que no se legisla. ¿Cómo se genera?
Los que tenemos alguna formación en el keynesianismo, sabemos que las expectativas son centrales en todo proceso de decisión económica. Aquel que confía invierte y produce, aquel que confía, obtiene un trabajo. Eso es lo que está faltando, una expectativa positiva que se traduce en credibilidad. Con un Gobierno nuevo de Sergio Massa, con un equipo probado en combate con Roberto Lavagna, con Aldo Pignanelli, con Martín Redrado, evidentemente la confianza va a volver. Y los primeros que confiaron son los argentinos que fugaron, que en vez de confiar en el peso, confiaron en el dólar.
Hay una cuestión pendiente con los holdouts o fondos buitres. ¿Cómo lo ven desde el Frente Renovador?
Nosotros planteamos que el fallo era incumplible e inviable. Nosotros planteamos un proyecto paralelo al de Pago Soberano, que hubiera permitido resolver ese casi 7 por ciento de acreedores que han quedado afuera de la reestructuración del 2005 y 2010, y son reestructuraciones que la Argentina tiene que preservar. Ahora, el Gobierno planteaba que no podía negociar por la cláusula RUFO, sin embargo desde el 31 de diciembre ha hecho mutis por el foro. La cuestión sigue abierta, y creo que hay que resolverlo. Los problemas de la deuda se tienen que resolver. No hay futuro si uno no termina de cerrar el pasado. Lo planteamos como una negociación dura, global, con todos los acreedores, para dar un corte final preciso, justo y equitativo, para que esa ventanita que está abierta, no le impida a la Argentina el financiamiento para obras de infraestructura y el capital real para que la Argentina vuelva a crecer.