La legisladora del FPV co-autora de la ley, celebró su sanción definitiva en diálogo con La Noticia Web Ciudad. “Es una ley que genera derechos, pero también construye obligaciones” aseguró.
Se aprobó en segunda lectura la ley de centros culturales. Contános un poco sobre el tema…
Hoy es un día para celebrar. Se voto para celebrar con 50 legisladores presentes. Cuando tomamos desde el FPV la iniciativa de este proyecto, que recogía parte de la ley MECA, y de distintos actores sociales, veníamos planteando que la ley no debe clausurarse sino promoverse. Mucho más, en una Ciudad que sufre una concentración de ofertas culturales en zonas céntricas y el norte, y que más de estos centenares de casonas y espacios culturales lo que garantizan es democratizar la cultura, pluralidad, acceso, y la posibilidad de que la cultura no sea algo que hacen unos pocos, y los demás demandan ver en forma de espectáculo.
¿Qué cambia normativamente que le permite ahora a los centros culturales desarrollarse?
Hasta el día de hoy (jueves) lo que sucedía es que los centros culturales no tenían marco jurídico. Había un vacío legal. La Agencia Gubernamental de Control clausuraba locales, al no estar los locales habilitados ni poder pedir una habilitación. Lo que esta ley hace, es introducir la figura de centros culturales en el código de planeamiento urbano, en diciembre habíamos votado la inclusión de las figuras en el código de habilitaciones. Con estas dos inclusiones en los códigos se habilita a abrir el registro de inscripciones y que cada espacio haga las habilitaciones edilicias. Todos los espacios que reclamaban la ley de centros culturales, obliga como contraprestación, a hacer una serie de adecuaciones. La verdad, que la predisposición de todos los centros, también implicaba ganas de involucrarse y de querer formalizarse, de invertir, de modificar instalaciones eléctricas. Es una ley que genera derechos, pero también construye obligaciones.
¿Cómo se resolvió la parta gastronómica dentro de los centros culturales?
Eso no es una contradicción. La actividad principal de ningún centro cultural es la gastronomía, en todo caso es una actividad complementaria y tiene que ver con la posibilidad de tener algún ingreso para costear los gastos operativos. Es decir, mientras se cumpla con las condiciones mínimas para un despacho, un buffet, lo mismo que le pasa a un club, o teatro independiente, ahí hay que adecuarse. La gran mayoría, no tiene oferta gastronómica.
En el recinto los diputados PRO aseguraron que el ejecutivo de la Ciudad no demorará aplicar la ley. ¿Tienen desconfianza al respecto?
Hoy estamos contentos que pudo sancionarse la ley. A partir de mañana estaremos alertas y haciendo el seguimiento para que esto se cumplimente de la manera que el gobierno de la Ciudad se comprometió. Prefiero partir de la base de que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario aunque en este caso puntual, el PRO no ha demostrado demasiada sensibilidad hacia el sector de la cultura autogestiva de la Ciudad.
