A Sergio Massa se le cayeron sus planes en la Capital. Lousteau, Ocaña, Bulat y otros hombres rechazaron sus propuestas. Ahora estudian no presentar ninguna lista para no pasar “papelones”. Las otras alternativas que barajan.
Por Gonzalo Cores
Al ser una fuerza nueva, y por el dominio que tiene el PRO hace siete años, al Frente Renovador de Sergio Massa se le complica conseguir un candidato que le asegure no pasar un papelón en las elecciones a jefe de Gobierno porteño.
Al tigrense no sólo se le bajó su plan A, sino también el B, el C y el D.
A principios del 2014, con Massa en la cresta de la ola por el rotundo triunfo en la Provincia de Buenos Aires contra el kirchnerismo, el Frente Renovador intentó seducir al economista Martín Lousteau, quien hoy secunda en las encuestas porteñas a los candidatos del macrismo. Sin embargo, el ex ministro de Economía se mantuvo en el Frente UNEN, donde ya le confirmaron que será su candidato a jefe de Gobierno, acompañado por Fernando Sánchez y Roy Cortina. Su postulación no sólo tiene el apoyo de UNEN, sino también de Elisa Carrió, hoy aliada a Mauricia Macri a nivel nacional.
Ante este escenario, Massa fue por otra ex ministra de Cristina Kirchner, Graciela Ocaña, quien en 2013 alcanzó una banca en la legislatura compitiendo con boleta corta. Es decir, la “Hormiguita” tiene un electorado propio y fiel en la Ciudad. Ella también le dijo que “no”.
Más tarde, el Frente Renovador porteño –digitado por Diego Kravetz- salió a elogiar a Gabriela Michetti. Algunos creen que fue para sondear la posibilidad de un posible pase de la senadora al massismo, herida por no tener la adhesión del PRO y del propio Macri, hoy más cercanos a su rival interno, Horacio Rodríguez Larreta. Otros vieron en esos elogios una jugada para calentar aún más la interna macrista.
Tras las negativas de Lousteau y Ocaña, el massismo dijo tener confirmado a un hombre de los medios como candidato a suceder a Macri. Los ojos apuntaban al economista Tomás Bulat, fallecido la semana pasada en un accidente de autos. De todas maneras, antes de ese trágico final, Bulat también le dijo que “no” a la propuesta.
Trascendieron los nombres de otros famosos sondeados por el massismo, como los periodistas Juan Pablo Varsky y Jorge Rial. Durante esas semanas, también se ilusionó con convencer al eterno precandidato en la Ciudad, Roberto Lavagna. Pero el ex ministro también lo rechazó.
En estas elecciones porteñas debutan las primarias abiertas y simultáneas, fechadas para el 26 de abril. Quienes superen el 3 por ciento de los votos, podrán disputar las generales del 5 de julio. En ese marco, el cierre de listas está a la vuelta de la esquina: el 26 de febrero. En estas dos semanas, el massismo debería cerrar un candidato potente que no le haga pasar “un papelón” en los comicios.
Fuentes cercanas a los armadores nacionales del Frente Renovador aseguraron que desde el massismo analizan no presentar candidato en la Ciudad y apoyar a Martín Lousteau, con quien Massa siempre mantuvo buena relación. Además, al tigrense le conviene que a Macri se le frustre la elección de la Ciudad, que hoy pareciera, a través de Larreta o Michetti, que ganara con comodidad.
Pero también baraja otra alternativa. De no encontrar un postulante que no necesite de una fuerte campaña de instalación, el massismo podría realizar una primaria con varios candidatos. Allí participarían tres dirigentes que, por el momento, no levantan el amperímetro: Diego Kravetz, Guillermo Nielsen y Martín Redrado.