Ciudad

Vecinos de Agronomía volvieron a pedir por la apertura del parque

El Parque de Agronomía lleva 15 meses cerrado al público, la UBA no planea reabrirlo y el Gobierno porteño se niega a interceder ante la las autoridades de la FAUBA.

La Legislatura porteña aprobó una declaración pidiendo su intervención, pero desde el Gobierno de la Ciudad dicen que no corresponde porque es un predio privado. Ayer domingo los vecinos y vecinas realizaron un nuevo abrazo al parque.

Hace 15 meses que el parque de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) está cerrado al público en general por la pandemia. Hace unos días, la Legislatura porteña aprobó un proyecto de declaración en el que le pide al Gobierno de la Ciudad que interceda ante la UBA para su reapertura. Pero el Ejecutivo porteño se niega a hacerlo porque dice que se trata de un espacio privado.

El mismo día en que la Legislatura pidió la intervención de la Ciudad, la Facultad anunció que por el momento no habilitará el acceso del público al parque de Agronomía, porque hacerlo “no es compatible” con el cumplimiento de los protocolos de prevención del coronavirus.

“Pobre UBA, se ve que no se le ocurre cómo adaptar los protocolos. ¿Necesitarán asistencia profesional?”, ironiza el Movimiento Agronomía Abierta desde su página de Facebook. Sus integrantes organizaron un nuevo abrazo al predio y juntada de firmas ayer domingo en Tinogasta y Zamudio. Un lugar donde hasta hace dos años había una entrada al parque, pero aún antes de la pandemia la Facultad decidió tapiarla.

El Movimiento Agronomía Abierta fue creado por los vecinos y vecinas que perdieron el acceso al único pulmón para cinco barrios. Su reclamo sirvió de base para que la diputada de la Ciudad Laura Velasco (Frente de Todos) presentara el proyecto aprobado, que busca que las autoridades de la Ciudad y de la UBA lleguen a un acuerdo para la reapertura del parque.

Desde el Ejecutivo de la Ciudad aseveraron a Clarín que a pesar del pedido legislativo, no van a hacerlo. Afirman que no tienen injerencia sobre el tema porque se trata de un predio privado, que le pertenece a la UBA. Y que la Universidad tiene el derecho de decidir si lo abre o no al público.

“Ninguna universidad pública es un espacio privado. Además, nos llama la atención que se hable de una disputa entre público y privado. Se perdió de vista que el objetivo del Gobierno de la Ciudad y de la UBA es la comunidad. Nosotros no pedimos que el Gobierno porteño se meta en la vida universitaria, sino que instrumente espacios que garanticen una negociación para llegar a un acuerdo”, sostiene Rodrigo García, docente, vecino y miembro del Movimiento Agronomía Abierta.

“Creemos que es fundamental que exista una mesa de diálogo en la que ambas partes puedan avanzar para que lo antes posible porteños y porteñas podamos contar, nuevamente, con este espacio verde y público tan importante y necesario, sobre todo en este contexto de pandemia, dijo Velasco el día en que el recinto avaló su iniciativa.

Ese mismo día, la FAUBA sacó un comunicado en el que también apeló a la pandemia como motivo para no abrir el predio cerrado al público. “La segunda ola de Covid no nos permite vislumbrar un cambio en el corto plazo, pero esperamos que cuando mejore la situación se puedan implementar medidas que permitan un acceso al predio de los vecinos”, dice el texto.

Además, explica que en la facultad se mantiene un nivel reducido y no se autorizan reuniones. “De la misma manera, no se permite el acceso del público en general, ya que sería imposible controlar su ingreso y permanencia“, argumenta.

“No estamos pidiendo entrar al edificio educativo, sino a un parque para hacer un uso cuidado y medido del mismo“, se indigna Rodrigo. Y propone: “Queremos que haya un plan de manejo co-participativo, que tenga en cuenta a la comunidad que rodea a la facultad. Después de todo, uno de los objetivos a nivel pedagógico de la universidad es que la gente aprenda el valor del medioambiente y de la naturaleza”.

El predio está catalogado como Urbanización Parque (UP) por el Código Urbanístico de la Ciudad, una zonificación que aplica a las áreas de espacios verdes y parquización. Según el la declaración aprobada en Legislatura, son zonas de uso público. Por eso es que Velasco consideró que el Gobierno porteño debe interceder para su apertura.

Frente a esto, en su momento la FAUBA usó el mismo argumento que esgrimen en el Gobierno porteño para no intervenir: que el predio pertenece a la Universidad de Buenos Aires. Se trata de un campus universitario con aulas, laboratorios, institutos de investigación, oficinas y espacios al aire libre donde se desarrollan tareas de docencia e investigación.

Desde el Gobierno porteño no solo reconocen que es un predio privado, sino que explican que el hecho de que sea UP no obliga a la UBA a abrirlo al público. Esta zonificación, detallan, lo que hace es limitar el uso y las posibilidades de construir. Por ejemplo, en una zona UP no se pueden hacer edificios, pero sí se podría instalar una cancha de golf.

Casi 15 meses después, en los primeros días de junio, el Consejo directivo de la FAUBA ratificó con una resolución su decisión de mantener cerrado el predio. Y dispuso que recién permitirá el ingreso al público en general “una vez habilitado por las autoridades sanitarias competentes y las de la Universidad”.

“La apertura al público en general no es compatible con el desarrollo de la actividad académica esencial de la Facultad de Agronomía, atento no permitiría cumplir con los protocolos aprobados por las autoridades de la Universidad con intervención de las autoridades sanitarias de Nación y Ciudad, dispone la resolución.

El parque de Agronomía tiene alrededor de 60 hectáreas y dos entradas, hoy cerradas al público. Una está en San Martín y Nogoyá y la otra por Constituyentes y Beiró. La tercera, que estaba en Tinogasta y Zamudio, fue anulada hace dos años. El predio es un rincón de campo en el medio de la Ciudad y sirve de pulmón para los barrios de Agronomía, Villa del Parque, Villa Devoto, La Paternal, Parque Chas y Villa Urquiza.

Por dentro corre la avenida de las Casuarinas, una apacible calle interna que cruza las vías del tren Urquiza, que tiene un paso a nivel dentro del predio. Esa avenida solía ser utilizada por los vecinos que querían cortar camino para moverse entre San Martín y Constituyentes. Hoy, tienen que rodear el predio. Sobre ella, además, un fin de semana por mes se hacía una feria de productores. Los vecinos solían ir al parque para hacer actividad física, a caminar, o simplemente a sentarse a tomar mate en uno de los pocos espacios verdes que hay en la zona.

“El cierre del parque de Agronomía causó gran dolor en la comunidad, porque era un espacio más del barrio. Un espacio vincular, recreativo, de interacción con la universidad. Yo lo disfrutaba, iba a jugar con mi hijo. Hace 14 años que vivo en el barrio y una de las cosas que me atrajo a vivir acá es estar cerca de este lugar. Es un espacio fantástico porque te permite romper con la dinámica de la Ciudad. Tiene un ecosistema propio, un microclima”, cierra Rodrigo García.